viernes, 26 de junio de 2015

PRIMERA DECEPCIÓN DE LA AVB

25 de Junio de 2015

El flamante gobierno de Bustarviejo nos ha causado la primera decepción. La AVB promovió  una reunión con todos los grupos políticos municipales para acordar la colocación de la bandera del orgullo gay en la balconada del edificio del Ayuntamiento.

La impresión inicial es que la AVB defendía la realización de este gesto en prueba de  solidaridad con este colectivo, cuyos derechos han sido desconocidos e incluso perseguidos hasta hace bien poco; todavía hoy no están en absoluto garantizados, debido a resistencias sociales y oportunismos políticos.

Pues bien, en vez de adoptar con firmeza una posición de defensa de derechos y aceptar los votos de la Coalición de izquierdas para asegurar una mayoría en el Pleno municipal, los dirigentes de la AVB se escudaron en la posición contraria del PP y de UCIN para retirar la moción y sustituirla, en una maniobra de dudosa e inoportuna compensación, por una Declaración plenaria que contara con el respaldo unánime de todos los grupos. Decisión conveniente, pero no suficiente.

El consenso es positivo en términos generales, pero no puede ser la única referencia para adoptar decisiones y promover políticas. La defensa de derechos no puede estar condicionada o convertirse en rehén de posiciones políticas, por respetables que sean. Si fuera así, no se hubiera avanzado en los últimos decenios en la realización de derechos de ciudadanía.

El compromiso con la libertad y los derechos de los ciudadanos debe adoptarse de forma combativa y firme y no dejarlo al albur de vetos o chantajes políticos. Cuando, además, se cuenta con mayoría, democrática y legítima, hay que emplearla sin timidez ni complejos en favor de los desfavorecidos, perseguidos o negados.  La AVB no ha parecido comprender este principio básico, no ya de una política de izquierdas, sino de lo que constituye ya parte del corpus básico de la conciencia cívica democrática.

La posición del PP para oponerse a la colocación de la bandera del orgullo gay en la baranda del edificio del Ayuntamiento lo hemos conocido los vecinos por el Julio de Mateo, anterior portavoz del Grupo Popular, supuestamente autorelegado ahora a un papel más discreto.

Dice el conspicuo ex-Alcalde:

La bandera de un colectivo concreto, sea la que sea, no es la bandera de todos, es la de ese colectivo concreto, y excluye a otros. Prestar el balcón para poner la bandera de un colectivo concreto, incluso por un tiempo concreto, abre un debate innecesario y puede incluso molestar a otros. Nosotros por eso dijimos, que NO.

El argumento está construido sobre un sofisma. Es decir, es hábil, pero algo tramposo. La colocación de la bandera no implica el desplazamiento, ni siquiera temporal, de las otras insignias constitucionales. No se trata de sustituir ocasionalmente las “banderas de todos” por las “banderas de unos cuantos”. El PP no profundiza en el sentido profundo del gesto, quizás porque, en el fondo, no cree en él, o no está dispuesto a acarrear con el desgaste que pueda generar la “molestia de otros", como se reconoce abiertamente en el texto explicativo de su posición.

Constituye ya una práctica generalizada que la gran mayoría asuma como propios, simbólica o declarativamente, las condiciones o símbolos de una minoría, para de esa manera mostrar activamente su  compromiso en la defensa activa de unos derechos conculcados, atacados o no reconocidos. Ha ocurrido con las víctimas del terrorismo o de la violencia doméstica, con los inmigrantes “sin papeles”, las minorías étnicas perseguidas, etc. Estas manifestaciones son ya una referencia habitual de los ciudadanos más activos en la defensa de los derechos humanos.

La mayoría levanta, enarbola o se adhiere a una bandera (o a un símbolo) y la hace suya, aunque no lo sea, precisamente para remarcar que, por tratarse de una minoría, no tiene menos derechos. En cuestión de derechos, no hay minorías: todos somos o debemos ser iguales. En un acto de solidaridad, por tanto, la bandera de unos cuantos se convierte en la bandera de todos, porque los derechos de un colectivo, durante tanto tiempo escamoteados, son tan importantes como los derechos universales.

Que la bandera del orgullo gay ondeara junto a las banderas constitucionales u oficiales en la baranda del principal edificio municipal no supone, en modo alguno, un desplazamiento de legitimidades. En realidad, no es una bandera sino una enseña. La Arco Iris no “compite”, no discute su espacio político a la municipal, la comunitaria, la española o la europea. No es un símbolo de una realidad territorial o nacional, sino la expresión de una aspiración universal a la igualdad de trato, de elección, en este caso de orientación y disfrute de la sexualidad.

Algunos ejemplos son reveladores. Durante el día mundial del SIDA, las televisiones hicieron colocar en pantalla junto a su logo (la famosa “mosca”), el conocido lazo que simboliza la lucha de los afectados por esa enfermedad en favor de un tratamiento adecuado y en contra de cualquier forma de estigmatización social.

En coherencia con ello, la decisión de acompañar la “bandera arco iris” a las legales u oficiales sería, simplemente, la expresión de un mensaje claro: que los representantes de los ciudadanos están dispuestos a afrontar el riesgo de defender a las minorías para hacer justicia a los principios universales que nos amparan a todos.

Eso es justamente lo que se ha hecho en otros Ayuntamientos donde se han abierto expectativas esperanzadas de cambio y renovación social, como Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia, La Coruña o Cádiz. Desgraciadamente, en Bustarviejo, no.

Ni el temor a “molestar” a algunos, ni la negativa de una oposición conservadora, ni confusas y mediocres invocaciones legales deberían haber intimidado al grupo mayoritario del Ayuntamiento. En la primera oportunidad que han tenido de hacer valer una posición valiente en favor de valores progresistas, los concejales de la AVB han vacilado y se han replegado. Confiemos en que no repitan el error y sepan hacer honor a la aspiración de transformación que ha depositado en ellos tantas esperanzas. Siempre contarán con nuestro apoyo si toman ese camino.