lunes, 10 de junio de 2013

EL PP DE BUSTARVIEJO NO HACE OPOSICIÓN, SINO DEMOLICIÓN



El PP de Bustarviejo está atrapado en la ira, la frustración y la falta de argumentos.

En su “resumen” del Pleno de mayo vuelcan el malestar que arrastran desde hace dos años. En mayo de 2011, una ‘marea azul’ otorgó a los populares un dominio casi absoluto en la Comunidad de Madrid. En cambio, los vecinos de Bustarviejo no concedieron a la candidatura municipal la capacidad de gobernar. Los partidos de izquierda obtuvieron un concejal más y, ante la irritación de los ediles peperos, tardaron sólo unas horas en ponerse de acuerdo sobre la conveniencia de gobernar con un programa que diera una solución justa y equilibrada a la deuda generada durante tres lustros de gestión conservadora.

De esa incapacidad para asumir las reglas de juego democráticas cuando no les benefician vienen estos ‘lodos’ con los que el Grupo Popular se empeña en ensuciar la vida política municipal en los últimos dos años. 

A falta de argumentos, descalifican. El portavoz del Grupo Popular no se contenta con perder los papeles con excesiva frecuencia y exhibir un lenguaje corporal agresivo. Acude a insultos para aplacar su irritación porque no se hacen las cosas a su manera. Y cuando se le replica, porque todo tiene su límite, se hace la víctima y reproduce el discurso del “despotismo”, la “alcaldada” o el “autoritarismo”.
No sabe lo que dicen los portavoces del PP cuando hablan de "despotismo". Hay males que se remedian leyendo.

El portavoz del Grupo Popular no fue un alcalde ejemplar, precisamente. Después de tres legislaturas de la derecha, en los cajones del Ayuntamiento quedó una deuda cercana al millón de euros. Eso en el periodo de mayores ingresos municipales por el insensato frenesí del ladrillo, uno de los principales factores de la actual crisis económica y financiera de España.

A pesar de este currículo más que discutible, el señor de Mateo se dedica continuamente a dar lecciones de cómo se debe gestionar. En sus interminables intervenciones se repite y se repite, seguramente con la desesperada intención de recuperar el hilo. Su arrogancia resulta irritante. El equipo de Gobierno ha sido enormemente tolerante con este comportamiento, en la creencia de que terminaría avergonzándose o, al menos, fatigándose. Pero lo cierto es que, como carece de base sólida para sostener sus contumaces descalificaciones, sólo puede asirse a ese estilo de controlar la labor de gobierno.

Como se ha señalado en entradas anteriores, la actitud destructiva del PP no daña al equipo de gobierno. Eso es institucionalmente reprobable, pero forma parte de cierta manera de entender la política. Lo peor es que perjudica seriamente las oportunidades de mejora del municipio. Y esto es lo que los concejales populares más temen, porque les destroza la pose de "salvadores del pueblo".

En siguientes entradas desmontaremos, una por una, algunas de las acusaciones enrabietadas del Grupo Popular.


En Bustarviejo, el PP no hace oposición: lo que hace es demolición. O lo intenta.  

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